La pandemia de la covid-19 en el mundo: el sector del calzado. Italia

ITALIA
Nº contagiados: 227.364
Nº fallecidos: 32.330
Nº curados: 132.282
[Datos actualizados a 21 de mayo]

Italia se convirtió en el epicentro de la pandemia de la covid-19 en Europa tras detectarse a finales de enero los dos primeros positivos por la enfermedad del nuevo coronavirus. Desde entonces la cifra de infecciones y fallecimientos compatibles con la covid-19 se han disparado hasta convertir a Italia en el tercer país de todo el mundo con el mayor número de muertos atribuibles al nuevo coronavirus, solo superado por los Estados Unidos y Reino Unido. Para frenar la rápida expansión de la pandemia por el país, el Gobierno italiano decretó en los primeros días de marzo una estricta cuarentena sobre sus ciudadanos y a partir del 11 del mismo mes prohibió cualquier actividad comercial, excepto farmacias y negocios esenciales. La parálisis de la actividad económica comenzó a relajarse desde primeros de mayo, dando inicio a una complicada desescalada que se prevé, si no surgen nuevos picos de contagio, que se extienda hasta el 1 de junio, fecha fijada para la reanudación de la actividad normalizada.

Desde que se desencadenó la crisis del coronavirus, el sector del calzado en Italia ha pasado por una situación «extremadamente difícil», en palabras de Siro Badon, presidente de la patronal italiana del calzado, Assocalzaturifici. Del 16 al 19 de febrero, la industria zapatera de Italia celebró en Milán una edición «anómala» de la principal feria del calzado del mundo, Micam. La amenaza, aún indefinida, del virus provocó que la afluencia de compradores asiáticos fuera ostensiblemente menor. El expositor español Possum no ocupó su stand «debido a la propagación y continua preocupación sobre el nuevo coronavirus», una decisión que se interpretó como exagerada por muchos de los asistentes a la feria milanesa. Pocos días después la enfermedad se propagó por toda Italia, con especial virulencia en el norte del país, y el cierre de los comercios obligó a suspender la actividad en las fábricas de calzado. Solo en el primer trimestre de 2020, las compañías italianas del sector sufrieron una caída media en sus ventas del 38,4 por ciento, con pérdidas totales estimadas de en torno a 1.700 millones de euros. Según estimaciones de Assocalzaturifici, el 60 por ciento de las empresas padeció un descenso en sus ventas de entre el 20 y el 50 por ciento entre enero y marzo del presente año en comparación con el mismo período de 2019. Otro 20 por ciento de las empresas encuestadas reconoció que sus ventas se redujeron más de la mitad. Asimismo, la debacle de los pedidos fue incluso mayor. Más de un 46 por ciento de las empresas informó de que había recibido entre un 20 y un 50 por ciento menos de pedidos en el primer trimestre del año que en el de 2019, mientras que otro 37 por ciento de las firmas afirmó que su cartera de pedidos se redujo en más de un 50 por ciento. La disminución media de los pedidos fue de 46,2 por ciento.

Assocalzaturifici espera que se extienda durante otros seis meses las ayudas del Gobierno para sufragar los salarios de sus plantillas.

Por todo ello, desde la patronal zapatera aseguran que ahora más que nunca es necesario que el sector italiano del calzado reciba el apoyo de las instituciones. «Hace unas semanas lanzamos un llamamiento al Gobierno para obtener financiación para comenzar de nuevo. Necesitamos fondos no reembolsables que estén disponibles para su uso inmediato para poder reanudar la producción y relanzar nuestras empresas en los mercados internacionales», cuenta Badon. «Otras medidas estructurales importantes que le hemos solicitado al Gobierno incluyen un crédito fiscal equivalente al 60 por ciento del valor de las ventas perdidas como resultado de la emergencia sanitaria en el año 2020, con una disminución proporcional de la presión fiscal hasta julio de 2021. También, esperamos que se cancelen a las empresas los impuestos y contribuciones a la Seguridad Social durante los meses de abril, mayo y junio de 2020, así como la exención de impuestos en cuanto al gasto de material de seguridad». Por último, Assocalzaturifici espera que se extienda durante otros seis meses las ayudas del Gobierno para sufragar los salarios de sus plantillas. «A toda costa, debemos compensar los meses de cierre debido al bloqueo, durante el cual las compañías en otras partes del mundo continuaron operando», se queja el presidente de la patronal. «En todo esto, queremos respuestas concretas, las únicas capaces de dar una inyección de confianza a nuestras empresas, ya que de otro modo nos espera un futuro muy oscuro», añade Siro Badon.

El primer objeto que se marca la patronal es la de relanzar los pedidos y tomar el pulso a la industria con la celebración de la próxima edición de Micam, planeada entre el 20 y el 23 de septiembre.

Con la desescalada y la vuelta a la normalidad, el reto para el sector italiano del calzado será retomar su actividad habitual, algo que, según el presidente de Assocalzaturifici, «es difícil decir exactamente cuánto tiempo llevará»; aunque sí está seguro de que «el camino será largo y difícil». Por lo pronto, el primer objeto que se marca la patronal es la de relanzar los pedidos y tomar el pulso a la industria con la celebración de la próxima edición de Micam, planeada entre el 20 y el 23 de septiembre. «A pesar de las grandes dificultades que estamos atravesando, nuestras compañías están decididas a comenzar de nuevo y recuperar la cuota de mercado que perdieron en los últimos meses», asegura Badon. Las marcas son moderadamente optimistas al respecto. Según una encuesta encargada por Micam, el 48 por ciento de las empresas pronostica que sus ventas volverán a aumentar sus ventas en septiembre, mientras que el resto calcula que le costará al menos un año recuperar el mismo volumen que antes de la crisis de la covid-19. Para lograrlo, desde Assocalzaturifici señalan que la situación actual de bloqueo implica obligatoriamente el uso de herramientas digitales.