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¿Cómo está afectando la crisis del coronavirus a la industria española del calzado? 3ª parte

| 7 abril, 2020 | Comentario

¿Cómo está afectando la crisis del coronavirus a la industria española del calzado? 1ª parte
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¿Cómo está afectando la crisis del coronavirus a la industria española del calzado? 2ª parte
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La industria auxiliar de calzado
En un principio, cuando el nuevo coronavirus solo afectaba a China, las empresas españolas de componentes y materias primas para el calzado pensaron que tal vez podrían beneficiarse de las dificultades de su competencia asiática. Si los proveedores en China no podían servir a sus clientes en Europa, era el momento de sustituirlos por accesorios y cueros de proximidad y fabricación local. Al poco tiempo esta aspiración se descubrió vana. En una economía globalizada y fuertemente interdependiente, la aparición del covid-19 en una ciudad del centro de China desencadenó en poco tiempo un efecto dominó que empezó afectando al consumo y que no tardó en golpear a la industria del calzado y poco después a la auxiliar.

«El impacto de la epidemia y las medidas que ha tomado el gobierno para contener el virus afectan, en mayor o menor medida, a todas las industrias manufactureras»

«El impacto de la epidemia y las medidas que ha tomado el gobierno para contener el virus afectan, en mayor o menor medida, a todas las industrias manufactureras», explica Anna García, directora de la Asociación Española del Curtido (Acexpiel). En el caso concreto de la industria de la curtición de pieles, «el impacto económico de la pandemia se comenzó a notar en enero, cuando el gobierno chino anunció la aceleración de contagios en la región de Hubei. China es uno de los socios más importantes para nuestros artículos y, como consecuencia de la situación, son muchas las empresas que han visto un elevado número de cancelaciones de pedidos, así como de retrasos en el pago de facturas desde la región asiática», cuenta García.

En lo referente a las empresas de componentes de calzado, la Asociación Española de Empresas de Componentes de Calzado (AEC) cuenta que este sector «ha sido embestido muy duramente por la crisis del covid-19, obligando a que todas las tiendas de nuestros clientes cerraran en gran parte del mundo, lo cual ha generado la cancelación inmediata de pedidos y largos aplazamientos de pagos que han dado por finalizadas las temporadas de otoño-invierno y de primavera-verano, generando a todo el sector pérdidas económicas incalculables», explican desde AEC.

Efectos devastadores
En víspera de la implantación del estado de alerta, se celebró en Elche (Alicante) los días 11 y 12 de marzo la feria de referencia de la industria auxiliar del calzado en nuestro país, Futuromoda. Sus resultados no por predecibles fueron menos decepcionantes. Al menos un 10 por ciento de los expositores ni siquiera ocupó sus stands y la afluencia de público fue la mayor parte del tiempo muy baja. El coronavirus se extendía ya por España y sus efectos se hacían notar en la industria del calzado con una caída notable del consumo. Días más tarde se decretaría la paralizacion de la fabricación de zapatos y de accesorios, considerados artículos no esenciales; pero las fábricas llevaban paradas prácticamente un par de semanas.

«A partir de entonces se empezó a percibir un cese de la actividad comercial y a continuación llegaron los retrasos de los proveedores»

«El primer síntoma de la crisis lo notamos con la escasa afluencia de público a Futurmoda», comenta Alberto Andreu, responsable en España de Rhenoflex, empresa habitual en la feria de componentes y especializada en topes y contrafuertes para calzado, así como en materiales ecológicos para la confección de zapatos. «A partir de entonces se empezó a percibir un cese de la actividad comercial y a continuación llegaron los retrasos de los proveedores», añade. Ahora mismo, las principales dificultades a las que se enfrenta su compañía son «tanto la falta de pedidos como los retrasos en los pagos», asegura Andreu. Álex Fuentes, responsable en España de Orbitvu, una firma especializada en la comercialización de sistemas de fotografía para  zapatos, es tajante al respecto: «los autónomos y las pymes van a sufrir lo nunca visto», advierte.

Las medidas del gobierno
Para mitigar estos efectos negativos de la crisis del coronavirus en la economía española, el gobierno ha anunciado en las últimas semanas una serie de medidas que van desde la flexibilización de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) a avales públicos por valor de 100.000 millones de euros. A pesar de estas iniciativas paliativas, las empresas de la industria auxiliar del calzado las considera «insuficientes», tal y como las define Álex Fuentes. Por su parte, Alberto Aundreu, de Rhenoflex, considera que las medidas destinadas a facilitar los ERTE en las empresas están bien orientadas, sin embargo se queja por «la lentitud del papeleo». Asimismo, Andreu también echa en falta «medidas ante la falta de liquidez de las empresas (cancelaciones y aplazamientos de pagos)». Algo muy parecido opina Anna García, portavoz de los curtidores españoles: «creemos que las medidas presentadas por el gobierno no son suficientes. No responden a las necesidades a corto plazo. Si bien es cierto que los ERTE pueden paliar parcialmente el impacto más inmediato, observamos que esta medida es un parche y solo ofrece una solución parcial a lo que estimamos que la industria tiene que afrontar». Además, García hace hincapié en la necesidad de proteger el tejido empresarial del país, para lo que ve imprescindible que se desarrolle «un completo programa de medidas no discriminatorias y flexibles para acceder a ellas y que se ejecuten en un corto plazo de tiempo», apunta la presidenta de Acexpiel.

«Es importante tener presente que muchas empresas del sector de la curtición exportan hasta el 80-90 por ciento de su producción, de ahí nuestra gran dependencia del mercado exterior. Somos realistas.»

Tras la crisis
Las sucesivas prórrogas del estado de alarma amenazan con alargar esta situación excepcional al menos hasta el próximo mes de mayo, probablemente más. «Ni siquiera la Organización Mundial de la Salud (OMS) puede indicar con cierta seguridad cuándo se puede dar por controlado el covid-19», se lamenta Anna García, desde Acexpiel. «En el supuesto de que España recobrase cierta “normalidad” (o como mínimo una relajación de las medidas impuestas para frenar el contagio) a finales de mayo o principios de junio, como vaticinan algunos ministerios, dicha situación no llevaría implícito que el tejido empresarial pudiese reanudar su actividad a niveles pre covid-19», alerta la presidenta de Acexpiel. «Es importante tener presente que muchas empresas del sector de la curtición exportan hasta el 80-90 por ciento de su producción, de ahí nuestra gran dependencia del mercado exterior. Somos realistas. No es un panorama alentador, por lo que es crucial y urgente que podamos implementar las estrategias necesarias para minimizar los riesgos económicos y humanos en nuestra industria. Para ello precisamos del apoyo del gobierno, así como de la Unión Europea», concluye García.

Las consecuencias económicas sobre el sector nacional de los componentes y las materias primas son, por el momento, difíciles de calcular, pero nadie duda de que sus efectos perniciosos superarán con creces a la anterior crisis de 2008. «Soy pesimista y creo que la crisis del 2008 va a ser una anécdota comparada con la que se avecina», advierte Álex Fuentes, de Orbitvu.

Con respecto a los plazos que se manejan para retomar la actividad habitual en la industria auxiliar del calzado, los empresarios del sector son prudentes. Por ejemplo, Alberto Andreu calcula que se tardará dos meses en volver a los puestos de trabajo, pero al menos 12 meses en «recuperar la normalidad», asegura. Por su parte, Fuentes estima que no entraremos en una primera fase de estabilización hasta el último trimestre del presente año, aunque alerta ante la más que probable aparición de una nueva ola epidémica: «lo peor es que este virus va a quedarse aquí, por lo que habrá una segunda ola en octubre en toda Europa», predice el responsable de Orbitvu en España.

Mientras el período de confinamiento se mantiene activo y la curva de infectados y fallecidos se dobla, las compañías que trabajan como proveedoras de componentes y materias primas para el sector del calzado han cesado su producción, como el resto de industrias consideradas no esenciales. Este parón no implica inactividad, ya que muchas de estas firmas trabajan estos días en la confección de material sanitario que abastezca a los hospitales y demás centros médicos de asistencia contra el coronavirus. «Ante una situación tan dramática, podríamos replegar velas e irnos a nuestras casas», explican desde la Asociación Española de Empresas de Componentes de Calzado, «pero tenemos sentido de la responsabilidad y queremos colaborar desinteresadamente, poniendo nuestro granito de arena», afirman.

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Categoría: Actualidad

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