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Editorial: Crisis o vacuna

| 3 diciembre, 2020 | Comentario

Pocas veces ha sido tan fácil resumir un año con una palabra. Si tuviéramos que proponer una solo vocablo que compendiase todo lo sucedido a lo largo de 2020 este sería, sin lugar a dudas, «coronavirus». Es cierto que también valdrían otros términos del mismo campo semántico como «covid», «SARS-CoV-2» o «virus», pero no se puede discutir que el gran tema que ha caracterizado este año que nos deja ha sido la actual pandemia que asola el mundo.

Para la industria española del calzado, es obvio recordarlo, ha sido un año extremadamente atípico. En primer lugar, por su corta duración; ya que no comenzó hasta mediados de marzo con la aplicación del estado de emergencia: todo lo sucedido antes ni se recuerda, ha sido arrasado de la memoria por el abrumador protagonismo del virus. Por otro lado, el 2020 ha estado marcado por una enfermedad que, además de provocar diversas afecciones respiratorias o neurológicas a los infectados, también sume en una especie de parálisis funcional al resto de la población no contagiada, habida cuenta de que no se ha descubierto mejor manera de combatir la expansión de la epidemia que prescribiendo aislamiento social. En consecuencia, tanto fabricantes como distribuidores de calzado se vieron obligados entre marzo y junio a limitar drásticamente su actividad dando como resultado uno de los peores trimestres en términos económicos y sociales que se recuerdan en el sector: la pérdida del empleos este año se calcula que rondará el 30 por ciento, la caída del consumo de zapatos se estima superior al 35 por ciento, la actividad industrial de los fabricantes de calzado se prevé que cerrará 2020 con un descenso en torno al 30 por ciento, las exportaciones de zapatos españoles se derrumbarán algo menos de un 20 por ciento, etc.

La incertidumbre en estos momentos es averiguar qué palabra protagonizará 2021: recesión o recuperación, inestabilidad o crecimiento, crisis o vacuna.

Con estos indicadores del desastre, no es difícil de entender que la palabra más oída estos años no haya sido «sostenibilidad», «internacionalización», «digitalización» o «diseño». La omnipresencia de la pandemia en todas las discusiones del sector ha sido palmaria. Ahora la incógnita que nos sobrecoge es saber qué palabra definirá el aún por estrenar 2021. Por el momento se postulan dos candidatas con amplias posibilidades: «crisis» y «vacuna». Y es que a nadie se le escapa que, tras la emergencia sanitaria de 2020, en el próximo año nos sobrevendrá una profunda recesión económica cuya magnitud todavía es complicado de anticipar. En los mejores escenarios, las previsiones de los organismos internacionales hablan de un repunte de la economía española para 2021 en torno al 7 por ciento, una recuperación a todas luces insuficiente si tenemos en cuenta que en el presente año la debacle será superior al 12 por ciento. Las previsiones más pesimistas pueden verse atenuadas si irrumpe pronto y eficazmente una vacuna. Es posible que para principios del 2021 dispongamos de varias vacunas contra el virus. La ansiada inmunización de grupo no se conseguirá tan rápido, pero lo que es seguro es que el fin de la pandemia está cerca (la OMS opina que para el próximo verano se alcanzará cierta normalidad).

Ha sido un año complicado, y aún nos quedan meses (¿años?) igualmente convulsos; pero al menos tenemos la certeza de que el remedio está cerca o, que no es poco, de que existe un horizonte. La incertidumbre en estos momentos es averiguar qué palabra protagonizará 2021: recesión o recuperación, inestabilidad o crecimiento, crisis o vacuna. Sea como sea, cuídense mucho durante lo que queda de año y en los sucesivos.

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Categoría: Actualidad

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