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Editorial: Incertidumbre

| 20 diciembre, 2021 | Comentario

Hace un año nos preguntábamos qué palabra definiría 2021. En aquel momento nuestra duda era saber si la protagonista de este año que acaba sería la recesión o la recuperación. Hoy en día, cuando agotamos los últimos momentos de este segundo año de pandemia, todavía no somos capaces saber en qué estadio nos encontramos. ¿Experimentamos una fase de lenta mejoría? ¿O estamos estancados en una crisis sin vislumbres de salida? Lo más probable es que ni una cosa ni la otra, o tal vez una combinación de ambas. Sea como sea, no ha sido un año fácil de predecir: los más optimista ven truncados sus halagüeños vaticinios, mientras que los agoreros de la calamidad observan decepcionados cómo todo a su alrededor no termina de caer.

Nada ha sido como se esperaba. Si a finales del 2020 los principales organismos económicos internacionales preveían para España en 2021 un crecimiento del producto interior bruto en torno al 7 por ciento, ahora se espera que este sea bastante menor: de un 4,5 por ciento para la OCDE, del 4,6 por ciento para la Comisión Europea y del 5,7 por ciento para el FMI. Por otro lado, las expectativas depositadas en las vacunas contra la covid-19 también se han visto atenuadas por la aparición de distintas variantes del virus más contagiosas y resistentes. Así, si en diciembre de 2020, la OMS afirmaba que alcanzaríamos una relativa normalidad para medidos del pasado verano gracias a la inmunidad de grupo, hoy por hoy, quien más y quien menos es consciente de que el nuevo coronavirus se convertirá en una enfermedad endémica con la que tendremos que acostumbrarnos a convivir mucho tiempo. Y a los desastres sobrevenidos con la pandemia, este año le hemos tenido que sumar otras dificultades inesperadas, como han sido, por ejemplo, la crisis del abastecimiento, la carestía del transporte de mercancías y el desorbitado precio que ha alcanzado la energía. Todo ello no ha venido más que a socavar una económica diezmada por la pandemia y estructuralmente muy débil.

Todos los indicadores económicos del sector del calzado coinciden en el diagnóstico: la recuperación de los niveles previos a la pandemia todavía están lejos, pero la tendencias es clara y poco a poco se reducen los estragos ocasionados por la covid-19

Con todo, la gran debacle no ha llegado o al menos su amenaza se retrasa para más adelante. Por el momento, aunque de manera tenue y diluida, nuestra industria del calzado ha dado muestras a lo largo del presente año de tímidas mejoras que, si no invitan a la esperanza, sí dan muestras de la capacidad de resistencia de un sector cada vez más acostumbrados a las crisis. Así, la recuperación del empleo perdido durante los peores momentos de la pandemia ha sido paulatina durante todo este año, y, a mes de noviembre, tan solo se encontraba un 8,1 por ciento por debajo a 2019 y un 10,3 por ciento por encima con respecto a 2020. En cuanto a las ventas minoristas de artículos de moda, este año, también a mes de noviembre, habían aumentado un 9,7 por ciento en relación con el mismo período del anterior ejercicio. Si nos fijamos en el Índice de Producción Industrial (IPI), entre enero y octubre del presente año, en comparación con el mismo período de 2020, la producción de zapatos había subido un significativo 17,2 por ciento. Por último, las exportaciones de calzado español, durante los tres primeros trimestres, fueron un 11,8 por ciento superiores que las de 2020 y se mantienen aún un 8,6 por ciento por debajo que en 2019. Es decir, todos los indicadores económicos del sector del calzado coinciden en el diagnóstico: la recuperación de los niveles previos a la pandemia todavía están lejos, pero la tendencias es clara y poco a poco se reducen los estragos ocasionados por la covid-19.

En consecuencia, ¿qué palabra podría resumir el año que despediremos en unas semanas? ¿Recesión o recuperación? Probablemente, ninguna de las dos, sino, tal vez, algún término que definiera un costoso y aún distante retorno a la antigua normalidad. ¿Qué palabra resumirá el venidero 2022? Es complicado elucubrar al respecto, pero nosotros apostaríamos por «incertidumbre».
Disfruten de las fiestas y ¡feliz año nuevo?

Descargar editorial de Revista del Calzado, nº 237:
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Categoría: Actualidad

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