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Jean Pierre Renaudin: «España es un ejemplo de cómo armonizar producción y distribución»

| 22 septiembre, 2014 | Comentario
Entrevista a Jean Pierre Renaudin

Jean Pierre Renaudin, presidente de la Confederación Europea de Industrias del Calzado (CEC).

La Confederación Europea de Industrias del Calzado (CEC) agrupa a las asociaciones y federaciones del calzado de 10 países de la Unión Europea, entre ellos, España. Desde hace algo menos de un año, la preside el francés Jean Pierre Renaudin, un gran conocedor del sector del calzado, tanto francés como europeo.

Revista del Calzado: ¿Quiénes forman la Confederación Europea de Industrias del Calzado (CEC)? ¿Cuál es su función principal?
Jean Pierre Renaudin: Los países miembros de la CEC son Italia, España, Portugal, Francia, Polonia, Inglaterra, Rumanía, Suecia, Finlandia y Grecia. Estos 10 países representan en total el 87 por ciento de la producción de calzado en Europa. Además, Turquía, Rusia, Túnez y Ucrania son países asociados.
Los objetivos fundamentales de la confederación son defender los intereses de los profesionales europeos del sector del calzado, supervisar el cumplimiento de las normas comunitarias con respecto a terceros países, desarrollar acciones comunes en el ámbito europeo en áreas como la formación o las ayudas comunitarias y mejorar la imagen del sector europeo de calzado en el mundo.
R. del C.: ¿Cuáles serán sus principales objetivos durante su presidencia en CEC?
J. P. R.: Para mí es prioritario desarrollar las relaciones entre las diferentes instituciones nacionales y fomentar un mejor entendimiento de la función y el trabajo de las instituciones europeas. Otro de mis objetivos es organizar con éxito el Congreso Mundial de Calzado en México, el cual requiere nuestro mayor trabajo y apoyo como institución.

Las empresas europeas se están centrando en producir marcas de alto valor añadido, aprovechando la buena reputación internacional del calzado europeo

Revista del Calzado: ¿Cuál es la situación actual del sector del calzado europeo? ¿Cuáles son hoy por hoy sus principales amenazas y oportunidades?
Jean Pierre Renaudin: La situación de la industria del calzado en Europa varía según el país. Después de varias décadas en las que nuestro sector pagó un alto precio por la globalización de la economía mundial, ahora parece que algo está cambiando gracias al reposicionamiento de nuestras empresas dentro del mercado global. Con el calzado de consumo masivo mayoritariamente abandonado en favor de los productores de Asia, las empresas europeas se están centrando en producir marcas de alto valor añadido, aprovechando la buena reputación internacional del calzado europeo.
China, que actualmente produce aproximadamente el 60 por ciento (en volumen) del calzado mundial, verá disminuir sensiblemente este porcentaje en el futuro por varias razones: por el aumento significativo de los salarios, lo que limitará su competitividad en precios; por la revalorización de su moneda con la consecuente mejora de la paridad yuan/euro; y por el aumento de la demanda interna, con lo que tendrá que destinar gran parte de su producción a satisfacerla en detrimento de la exportación. Otros países asiáticos no serán capaces de cubrir el volumen de producción que dejará China cuando se centre en su mercado interno.
Por otra parte, en poco tiempo estamos asistiendo a una reorganización de la producción en los países mediterráneos, y probablemente también en los países de Europa de Este, basada en un dominio real del saber hacer y con unos costes de producción más competitivos.
R. del C.: Algunos fabricantes de calzado en Europa se quejan del alto precio de algunas materias primas como el cuero. ¿Cree que los precios seguirán creciendo en el futuro? ¿Qué puede hacer la UE para frenar la inflación de precios de las materias primas?
J. P. R.: El cuero es una materia prima que, a diferencia de otras, no mantiene un equilibrio entre la oferta y la demanda. De hecho, es un subproducto de una industria mucho más grande, por lo que la cantidad de cuero presente en el mercado es independiente de las necesidades de los fabricantes de esta materia prima.
Actualmente, la tendencia mundial del consumo de carne baja cada año un 3 por ciento, mientras que la demanda de cuero está en constante aumento. Esto se agrava aún más en el caso de la ternera, cuyo consumo ha caído de manera muy pronunciada, pero en cambio la demanda de piel de becerro ha aumentado considerablemente para la confección de artículos de lujo.
En estas circunstancias, no veo cómo los precios de cuero podrían caer ante tal desequilibrio entre la oferta y la demanda.
El mercado de la piel es global, por lo que la Unión Europea tiene escaso margen de maniobra, salvo facilitar la comercialización de productos alternativos que alivien la demanda de cueros.

En la CEC abogamos por la implantación del etiquetado de productos, aunque en cuanto a su aplicación existen diferentes puntos de vista entre los países miembros

Revista del Calzado: ¿En qué situación se encuentra actualmente la aprobación del etiquetado obligatorio en el Consejo Europeo? ¿Qué consecuencias tendría para la industria europea de calzado su aprobación o rechazo? ¿Por qué cree que países como Alemania, Reino Unido, Austria, etc. se oponen a su aprobación?
Jean Pierre Renaudin.: La posición de Europa con respecto al etiquetado no es unánime. En la CEC abogamos por la implantación del etiquetado de productos, aunque en cuanto a su aplicación existen diferentes puntos de vista entre los países miembros.
Alemania y otros países se oponen al «made in» (a pesar de que parece que ahora cambian ligeramente de opinión) fundamentalmente porque la mayoría de los productos vendidos por ellos provienen de la importación, y el «made in China» o el «made in Vietnam» no es un elemento que aporte valor añadido al producto aunque pueda ser de calidad, mientras que la no identificación beneficia indirectamente a la imagen de los productos alemanes.
R. del C.: ¿Por qué cree que el calzado no se está viendo tan afectado como otras industrias por la crisis económica?
J. P. R.: Es cierto que la industria europea de calzado no ha sufrido casi la crisis económica de los últimos años tanto como otros sectores. Esto se debe, en primer lugar, a que la crisis en nuestro sector se vivió a principios de la década de los ochenta y durante los noventa, es decir, al comienzo de la globalización industrial promovida por los diversos acuerdos de la OMC. En los primeros años del 2000 tocamos fondo. Por otro lado, el calzado es un producto esencial y, por tanto, una necesidad básica para los consumidores. Son, por tanto, los productos menos afectados por la crisis. Algo parecido sucede en los períodos de elevado desarrollo económico, en los que no se suele beneficiar de este crecimiento. Por último, desde la liberalización de los mercados, nuestra industria ha entendido que la única manera de competir con los nuevos países productores de calzado de bajo coste y mano de obra intensiva es replanteándose su cadena de valor apostando por la marca y la creatividad.
R. del C.: El próximo mes de noviembre la Confederación Europea de Industrias del Calzado celebrará el quinto Congreso Mundial del Calzado en México. ¿Qué temas se tratarán allí?
J. P. R.: El congreso mundial de México nos debe permitir hacer un balance de la situación actual y del futuro de nuestra industria. Los temas más relevantes que se abordarán serán: los cambios en las diferentes zonas de producción en el mundo, por ejemplo, la irrupción de África en el sector; las estrategias de globalización a partir de algunos ejemplos de éxito; la transformación de los mercados y las nuevas formas de comercialización teniendo en cuenta la evolución del consumo; y, por último, la crisis de abastecimiento de cuero y cómo hacerle frente.
El congreso reunirá a más de 500 líderes empresariales y altos directivos, quienes discutirán en torno a las presentaciones y mesas redondas organizadas por más de 450 ponentes de 17 países diferentes (americanos, europeos, asiáticos, africanos).

Nuestra postura con respecto al Tratado de Libre Comercio (TTIP) es simple : estamos a favor de la mayor apertura posible de los mercados siempre que haya reciprocidad entre las partes

Revista del Calzado.: ¿De qué forma afectaría a la industria europea del calzado la aprobación del Tratado de Libre Comercio (TTIP) entre Europa y Estados Unidos?
Jean Pierre Renaudin: Desde la CEC estamos siguiendo muy de cerca estas negociaciones, a fin de sopesar de qué manera van a repercutir en nuestro sector. En general, apoyamos este tipo de acuerdos, aunque parecen llegar demasiado tarde tras la globalización salvaje. Nuestra postura al respecto es simple: estamos a favor de la mayor apertura posible de los mercados siempre que haya reciprocidad entre las partes.
En este sentido, China es un buen ejemplo. La Unión Europea ha permitido sus exportaciones a Europa sin tasas de aduanas y a menudo sin respetar las normas y los reglamentos europeos. Por contra, China aplica al calzado importado de Europa aranceles que van del 10 al 27 por ciento, dependiendo del tipo de producto.
R. del C.: Las importaciones europeas de calzado vietnamita han crecido en los últimos años más de un 50 por ciento. ¿Cree que Vietnam está incurriendo en «dumping»? De ser así, ¿el CEC es partidario de implementar medidas «antidumping» y aranceles proteccionistas como ya hizo hace algunos años?
J. P. R.: Es verdad que tenemos algunas dudas con respecto al precio del calzado importado de Vietnam. Esto es algo que debemos vigilar y actuar con rapidez si somos capaces de probarlo, ya que el proceso para poner en marcha medidas antidumping suele ser largo.
Las medidas antidumping impuestas en el pasado contra el calzado chino tuvieron un relativo éxito, pero no se puede decir que fueran totalmente efectivas, ya que parte de las importaciones chinas se introdujo en Europa a través de terceros países asiáticos para eludir las restricciones arancelarias.

Si las marcas españolas son reconocidas internacionalmente más que las de otros países es porque han sabido controlar su distribución

Revista del Calzado: ¿Cuál es su opinión acerca de la industria española de calzado? ¿Cree que está trabajando de manera adecuada?
Jean Pierre Renaudin: España es el segundo país productor de calzado más importante de Europa; muy por detrás de Italia, pero por delante de Portugal y de Francia. La producción española es de alta calidad. Es cierto que durante la década de los noventa su industria del calzado sufrió mucho, pero ha sabido recuperarse y en la actualidad tiene destacados ejemplos empresariales, en particular dentro del sector de calzado femenino.
En mi opinión, España es un ejemplo de país que ha sabido armonizar producción y distribución. Si las marcas españolas son reconocidas internacionalmente más que las de otros países es porque han sabido controlar su distribución, que es un elemento fundamental en el desarrollo de este sector.
R. del C.: ¿Cuál es su previsión para los próximos años? ¿Cómo evolucionará el sector del calzado en Europa? ¿Cómo se imagina el sector dentro de 15 años, por ejemplo?
J. P. R.: Lo único seguro es su pasado, el futuro ya no tanto. Pero ya que me lo preguntas, aun a riesgo de parecer pretencioso, voy a tratar de responder de manera esquemática.
En primer lugar, creo que vamos a presenciar un reequilibrio gradual de la balanza comercial de calzado de la Unión Europea, no tanto por la relocalización de la industria que externalizó su producción en Asia, sino por el desarrollo de la producción en los países de Europa del Este.
También pasará que los países mediterráneos contribuirán, entre otras cosas, a la limitación de la inmigración en Europa. En general, las industrias que requieren mucha mano de obra, como el calzado, dan estabilidad a estos países a corto plazo.
Todo esto será consecuencia de una significativa disminución de las exportaciones de calzado de China en los próximos años y probablemente también de las vietnamitas.
Por último, la producción de calzado en África deberá por fin emerger, gracias a sus materias primas (el cuero). Esto sucede ahora en Etiopía, pero se extenderá por la mayor parte de África oriental y, sobre todo, en Madagascar.
Los países con una larga tradición dentro del sector de la moda, como Francia, Italia, España o Alemania, que también son los principales consumidores de moda, mantendrán asimismo el control de las marcas y del diseño. En el futuro, Europa deberá basar más su estrategia en centrarse en valores intangibles como la marca y el diseño y dejar la producción a sus socios euromediterráneos. Para la mayoría de ellos, este cambio supondrá una revolución cultural, pero no tienen alternativa: su supervivencia está en juego.

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Categoría: Entrevistas

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