Gerescal, el nuevo consorcio zapatero para la gestión de residuos

Nueve empresas españolas de calzado han puesto en marcha la sociedad sin ánimo de lucro Gestión de Residuos del Calzado (Gerescal) con el objetivo de reciclar los zapatos que, acabada su vida útil, acaban en los vertederos. El objetivo final, según explican en la propia Gerescal, es poner en marcha una especie de Ecoembes del calzado. «Es un proyecto muy ilusionante con el que el sector del calzado demuestra una vez más que se toma en serio el tema de la sostenibilidad y que es algo importante para él», explica Rosana Perán, vicepresidenta de Pikolinos y presidenta de la Federación de Industrias de Calzado Español (FICE), miembro del consejo de administración de Gerescal.

Para ello, la idea es imponer a las marcas una ecotasas con la que poder contratar los servicios de distintas empresas de gestión de residuos para que transformen los restos del calzado y los conviertan en materia prima con la que confeccionar nuevos pares.

Otra iniciativa que están estudiando en esto momento las empresas que componen Gerescal es la de disponer de contenedores de recogida. Para ello, se está contactando con ONGs con amplia red de contenedores implantada en toda España, como la Cruz Roja, así como con los mismas zapaterías, las cuales podrían encargarse de la recuperación de zapatos usados.
Al mismo tiempo, se están haciendo pruebas de triturado de calzado para analizar qué encaje puede tener el elemento resultante como materia prima para la confección de nuevos pares. «El objetivo es que los zapatos que se desechan no acaben en los vertederos, sino que vayan a otras empresas y puedan tener otras salidas. Las materias primas están limitadas y, por ejemplo, es posible darle una segunda vida a los cordones o los pisos», comenta la presidenta de la patronal del calzado.

El primer consejo de administración de Gerescal se celebrará el 1 de marzo en Elche (Alicante). En él se marcará la hoja de ruta de trabajo antes de que se implante el real decreto sobre reciclaje de residuos en la industria del calzado.

Gerescal está compuesta por Pikolinos, Pabloski, Mascaró, Callaghan, Unisa, Wonders, Mustang, Zahonero y Pons Quintana, pero se esperan más incorporaciones y que se impliquen muchas más empresas del sector. Asimismo, esta iniciativa cuenta con el apoyo de FICE, de la Asociación Española de Empresas de Componentes para el Calzado (AEC) y de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal), así como el soporte tecnológico del Centro Tecnológico del Calzado (Inescop).

«La covid nos ha enseñado que debemos apostar por la sostenibilidad y por el reciclaje. La materia prima es limitada, por lo que hay que ser creativos y proponer otras alternativas para hacer zapatos», añade Perán.

Quien contamina paga
La Ley 22/2021 de residuos y suelos contaminados dedica un título a la «responsabilidad ampliada del productor del producto». Según la nueva normativa, se establece por primera vez que los fabricantes de productos que con su uso se convierten en residuos deben involucrarse en la prevención y en la organización de la gestión de los mismos, promoviéndose un tratamiento adecuado. Esto significa que próximamente, los fabricantes de zapatos deberán desarrollar regímenes de responsabilidad ampliada con la creación de consorcios que gestionen sus residuos, de la misma manera que Ecoembes hace con envases ligeros, papel y cartón.

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