«Ningún zapato debe acabar en el vertedero»

| 25 octubre, 2023 | 1 Comentario

En 2025 será obligatorio que las marcas de calzado se responsabilicen de los zapatos tras su vida útil. Para ello, se ha creado Gerescal, un Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (Scrap) que aspira a recoger los residuos posconsumo de calzado, clasificarlos y, finalmente, revalorizarlos. Para conocer un poco mejor este nuevo Scrap, charlamos con su director, Rafael Reolid quien nos habla de sus estrategias para adaptarse a la nueva ley y de qué tecnologías disponen para dar valor a los residuos del calzado.

Revista del Calzado: ¿Qué es Gerescal? ¿Cuáles son sus objetivos y qué empresas lo componen?
Rafael Reolid: Gerescal es un Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (Scrap). Es una empresa sin ánimo de lucro, formada por nueve empresarios del sector del calzado de las provincias de Alicante, Toledo y las Islas Baleares: el Grupo Pikolinos, Gioseppo, Mustang, Wonders, Pablosky, Pons Quintana, Mascaró, Unisa y Zahonero.

¿Por qué se unen nueve empresarios del sector del calzado para montar un Scrap con forma de sociedad limitada sin ánimo de lucro? Los motivos son dos. El primero, por conciencia medioambiental. Estas empresas están al tanto de la legislación que va a venir a finales de 2024 y principios de 2025, que va a regular los residuos del sector del calzado, y quieren colaborar y cooperar para que el zapato no llegue al vertedero. El segundo motivo, para controlar el residuo y la materia prima. ¿Por qué? Muy sencillo. Porque el futuro está en el reciclaje, en la reutilización y en el ahorro de recursos naturales; y lo que quieren estos empresarios como socios de Gerescal, así como todos los que se adhieran a él, es controlar dónde se recogen los residuos posconsumo de calzado, cómo se clasifican y cómo y en qué grado se revalorizan.

Estos empresarios saben que el día de mañana Europa va a empezar a exigir lo que ahora hacen algunas marcas para diferenciarse: incorporar materiales reciclados a sus productos como valor añadido. Para ello, el control de la materia prima es clave. El primer paso lo han dado estas nueve empresas de las que hablamos, que son los socios que tienen un sitio en el consejo de administración, pero, evidentemente, se podrán adherir todas aquellas marcas españolas y los importadores que vendan en nuestro país.

Gerescal, al fin y al cabo, no deja de ser un gestor de fondos: recibe dinero de los adheridos, que están obligados por ley a ecocontribuir en función de los pares que ponen en el mercado nacional, ya produzcan en España o lo hagan en China. La contribución es por poner en el mercado español el zapato por primera vez para que el consumidor lo compre.

Revista del Calzado: ¿En qué va a consistir exactamente la nueva ley de residuos de calzado aprobada por Europa?
Rafael Reolid: La Ley de Residuos y Suelos Contaminados ya existía desde hace un montón de años, y a partir de ahí comienzan a salir una serie de decretos leyes que regulan productos concretos. Se empezó por los envases de plástico, cartón y vidrio. Cuando eso ocurrió, obligó a todas las empresas que ponen un producto envasado en el mercado a ecocontribuir; es decir, los Scrap, como Ecoembes, deciden un coste por recoger ese residuos que el consumidor tira en un contenedor. ¿A qué va a obligar la ley a las empresas de calzado? A pagar. La mala noticia es que se van a incrementar los costes. Todavía no sabemos cuánto, porque hasta que no den a Gerescal la licencia para poder operar —que espero que sea el año que viene— no vamos a poder calcular esa ecotasa, no vamos a poder saber cuánto cuesta recoger, clasificar y revalorizar los residuos de calzado. Pero sí, lo tendrá que pagar el que pone el zapato en el mercado por primera vez. Evidentemente, este coste se lo va a trasladar al consumidor final, exactamente igual que se hizo en su día con la ecotasa del envase de cartón.

«Lo importante es que el productor ya sabe que va a haber una ley que lo obligará a pagar y que va a tener la obligación de responsabilizarse del artículo que pone en el mercado cuando se convierta en un residuo».

Revista del Calzado: ¿Cómo está siendo la respuesta del sector ante los nuevos requerimientos medioambientales y la propuesta de creación de un Scrap de calzado? ¿Se están adhiriendo nuevas empresas?
Rafael Reolid: Se está adhiriendo un número considerable de empresas, pero, por el momento, la adhesión es voluntaria; por lo tanto, no les compromete a nada. Sea como sea, Gerescal ya tiene a esos productores en su base de datos y, evidentemente, cuando llegue el decreto ley, los volverá a llamar. Lo importante es que el productor ya sabe que va a haber una ley que lo obligará a pagar y que va a tener la obligación de responsabilizarse del artículo que pone en el mercado cuando se convierta en un residuo.

Cuando el productor descubre que se aproxima una nueva tasa, la respuesta suele ser negativa, claro, dado que va a pagar por algo por lo que antes no pagaba. En este momento, Gerescal les dice: A ver, usted lleva fabricando zapatos desde hace cincuenta años, nunca ha tenido que pagar nada por gestionar este residuos, ahora lo va a tener que hacer; mírelo por el lado bueno, su zapato no va a ir a un vertedero, sino que Gerescal, con las tecnologías que tenga disponibles, que cada vez serán mejores, le va a facilitar materias primas recicladas para que usted pueda volver a poner ese producto en el mercado. Así de simple.

Revista del Calzado: Suponemos que la nueva ley contemplará multas o sanciones a quien no la cumpla, ¿no?
Rafael Reolid: Sí, se sancionará a las empresas que no contribuyan, evidentemente. No queremos que la situación llegue a este extremo; pero sí, la obligación es patente y le guste o no, todo el que comercialice zapatos en España se va a tener que adherir a un Scrap, que será el que fije el precio de la ecotasa. Dentro de un año, lo mismo hay otro Scrap de calzado diferente a Gerescal. Mi consejo para las marcas es que se adhieran al más barato; van a cumplir la ley exactamente igual. Luego, también habría que ver qué es lo que cada Scrap hace con los residuos de los zapatos. Los Scrap están muy controlados por la Administración y, entre otras cosas, tienen que dar explicaciones de la trazabilidad del residuo. No sé hasta qué punto las empresas van a estar dispuestas a pagar un poquito más a uno o a otro Scrap por recibir una información más realista y coherente o porque le gustan más o menos los proyectos que ponen en marcha para la revalorización del residuo.

«La clave es qué utilidad le va a dar a ese material resultante, porque si no son capaces de reutilizarlo, apaga y vámonos. Hay que generar una materia prima que alguien pueda comprar y que sirva de algo».

Revista del Calzado: Viendo la relación de socios que ponen en marcha esta iniciativa, sorprende no ver al mayor productor de calzado en España: Tempe.
Rafael Reolid: Tempe ha constituido, junto con Tendam, Kiabi, Decathlon, Mango y no sé si alguno más, un Scrap para el textil. Tempe no deja de ser Inditex, e Inditex sabe que de cada 100 artículos que vende 85 son de ropa y 15 son zapatos. La idea de su asociación del textil, que se creó un par de meses después de que fundásemos Gerescal, es gestionar también calzado.

De cualquier manera, estamos conversando con ellos, porque, al final, que haya dos organismos recogiendo zapatos y revalorizándolos no es eficiente. Pero, claro, ellos tienen otro nivel. Son empresas muy fuertes, con mucho capital y han contratado a una consultora especializada para que les haga toda la gestión del tema. Nosotros somos más humildes en cuanto a presupuesto, pero también es verdad que somos mucho más ágiles. La idea es entendernos. Si no lo conseguimos, habrá dos Scrap: uno de calzado y otro de textil y calzado. Por eso es por lo que Tempe no ha entrado en Gerescal. Su idea es montar su propio Scrap, porque tienen fuerza y mercado para hacerlo solo, y aun así se ha juntado con más empresas. Nos ofrecieron entrar. De hecho, nuestro consejo de administración está pendiente de decidir si lo hacemos o no; pero no queremos perder nuestra identidad ni nuestro proyecto. Este asunto está por decidir.

Por otro lado, Tempe ha subcontratado a una empresa neerlandesa. Esta funciona con un triturado inicial, para tener piezas grandes lo más homogéneas posibles en cuanto a materiales; luego las separa por densidades y, finalmente, les da tratamiento. La clave es qué utilidad le va a dar a ese material resultante, porque si no son capaces de reutilizarlo, apaga y vámonos. Hay que generar una materia prima que alguien pueda comprar y que sirva de algo.

Revista del Calzado: La nueva ley de residuos establece para antes de 2025, la obligatoriedad de la recogida de los zapatos usados por parte de los fabricantes. ¿En qué soluciones está trabajando actualmente Gerescal para la recogida de estos residuos?
Rafael Reolid: Gerescal tiene un proyecto para la instalación de contenedores, exactamente igual que Ecoembes lo hizo en su día, con licencias de los ayuntamientos para la instalación de recipientes exclusivos de calzado. Luego, Gerescal se encargará de organizar la recogida. Todo ello lo sufragará con las contribuciones de sus adheridos, que son los que subvencionan toda la actividad del Scrap.

Esa sería una de las vías para la recogida de los zapatos usados, pero hay otras. No se trata de inventar la rueda; el Scrap francés del calzado, que nos lleva diez años de ventaja, trabaja allí con organizaciones como lo que aquí sería Cáritas. En este sentido, nos hemos aliado con Humana; Proyecto Lázaro, y con Aeres, que es una asociación que recoge calzado. Con Cáritas todavía no hemos firmado, pero estamos en conversaciones. A todas estas organizaciones les hemos dicho que estamos dispuestos a pagar cada tonelada de residuos de calzado por una cantidad que ya especificaremos para que ellos puedan seguir desarrollando sus proyectos sociales, que son encomiables.

También estamos intentando llegar a acuerdos con las empresas subcontratadas para recoger basuras. Si estas consiguen separar los zapatos del resto de desechos de manera eficiente, ahí va a estar Gerescal para enviarles un camión y recoger los zapatos.

Por último, también hemos hablado con la Asociación Nacional de Comerciantes de Calzado (ANCC). Ellos nos han sugerido que estarían dispuestos a implementar en sus tiendas un sistema de retorno: el cliente compra un zapato nuevo y entrega el viejo. Es un sistema que ya se realiza con, por ejemplo, el cambio de neumáticos del coche. Pero los talleres de cambio de ruedas están muy concentrados, mientras que tiendas de zapatos hay muchísimas y muy dispersas. En consecuencia, tendríamos que llegar a un acuerdo con los establecimientos para que fueran ellos los que depositaran los zapatos usados en algún contenedor, porque hemos estado haciendo números, y recoger esos zapatos de tienda en tienda es carísimo. Y tampoco podemos cobrarle al adherido un euro y medio por par, ni siquiera un euro. En Francia, que es nuestra referencia, están en alrededor de los doce y trece céntimos por par y con eso cubren recogida, clasificación y reciclaje. En Francia tienen sus propios contenedores y también colaboran con ONG con una larga tradición en la recogida de calzado.

Revista del Calzado: En realidad, el zapato no es como el neumático. Cuando te compras un zapato no lo sustituyen por el viejo. Durante cierto tiempo conviven el zapato nuevo y el viejo. Solo tiempo después, cuando te das cuenta de que no lo necesitas, es cuando te deshaces de él, pero suele ser tiempo después de haber ido a la tienda.
Rafael Reolid: Es verdad, pero la recogida de zapatos en tienda no es algo nuevo. Por ejemplo, el Grupo Pikolinos, donde trabajo, en su red de tiendas en España y en otros países de Europa, puedes depositar tu zapato viejo en un contenedor. Luego, nuestra empresa colaboradora lo recoge, clasifica, le da una segunda vida o lo revaloriza. Por nuestra parte, le damos al cliente un 10 o un 15 % de descuento para su próxima compra.

Revista del Calzado: ¿Quién recoge ahora mismo zapatos en España?
Rafael Reolid: Actualmente, no hay ninguna empresa dedicada a ello específicamente, solo las ONG, con las que hemos contactado en gran parte. Luego, también nos podemos aliar con los vertederos, con las empresas que recogen basuras, con las que también estamos trabajando, pero ahí se va a recoger poco volumen. Además, podemos poner nuestros propios contenedores, pero para eso hace falta dinero, que los adheridos paguen y que la ley que va a salir nos dé un margen de hasta cinco años para que podamos capitalizarnos para poner los primeros contenedores y empezar a recoger. Pero la Administración no nos puede exigir que las ecocontribuciones que cobramos hoy se materialicen en el mismo año. Eso va a ser imposible.

«¿Qué sistemas de revalorización de calzado estamos estudiando actualmente en Gerescal? Sistemas hay varios, pero son carísimos. No se pueden implantar si cobramos unas ecocontribuciones razonables».

Revista del Calzado: El zapato es un artículo de moda pero mucho más complejo que el textil, en muchos casos con múltiples componentes y de diferentes materiales (metales, cuero, tejidos, etcétera). ¿Cómo plantea Gerescal el tratamiento de estos residuos tan complejos?
Rafael Reolid: Este es un tema que estamos defendiendo con vehemencia ante la Administración. Ellos no distinguen entre residuos de textil, de calzado o de marroquinería; por ello quieren que creemos un Scrap general de la moda. De modo que insistimos mucho a la Administración para que no incluya, cuando hablan de moda, en el mismo saco textil, calzado y marroquinería. Les decimos que eso es un error enorme. De cara a la constitución de un Scrap, es verdad que en la recogida sí que se pueden obtener sinergias, ya que los contenedores suelen ser de ropa y calzado y son productos muy fáciles de separar. Pero de cara a la revalorización, es imposible.

La revalorización más realista actualmente es la de la parte de abajo del zapato para generar granza reciclada. El TR, el caucho termoplástico, si es TR puro, se funde y vuelve a hacerse una suela con la misma calidad. Es 100 % reciclable. Con la EVA hay más problemas porque hay que desvulcanizar y volver a vulcanizar, pero se pueden hacer un montón de cosas.

¿Qué sistemas de revalorización de calzado estamos estudiando actualmente en Gerescal? Sistemas hay varios, pero son carísimos. No se pueden implantar si cobramos unas ecocontribuciones razonables. Para hacer bien la revalorización de un zapato, se tendrían que limpiar las colas que se adhieren a los pisos y a los cortes; habría que separar las partes metálicas, textiles, cueros, etcétera. Con el zapato separado, son los pisos la parte del zapato verdaderamente revalorizable. Existen pisos de PU, TR, de EVA, de goma, de SBR, de infinidad de materiales. Una vez separados por tipos de materiales, sí que disponemos de tecnologías para recuperar el TR, la EVA o la goma. Pero separar estos materiales tiene un coste enorme; estamos hablando de euro y medio o más por par. En cuanto a las pieles, hay empresas que ya regeneran el cuero acabado, pero los residuos de cuero posconsumo son más complejos, aunque es posible. Los tejidos se pueden recuperar por otro lado. Los metales (latón, hierro, aluminio, etcétera), indiscutiblemente, son fáciles de separar y fundir.

En la planta ideal de revalorización que tenemos en nuestra cabeza, el calzado se separa en todas sus partes, pero el zapato ha tenido que pasar por una máquina que aún no existe, que lo separa todo de forma perfecta. ¿Qué hay ahora? Una trituración muy básica, con una separación por densidades, que no llega a separar todo al 100 %. Con esos materiales, se pueden hacer cosas. Por ejemplo, ahora estamos trabajando en un proyecto para la recuperación de la parte polímera, la parte del piso, y generar granzas recicladas al 30 %, para que luego un inyector lo incluya en sus suelas nuevas.

Por otro lado, si nos llegan zapatos buenos, les podemos dar una segunda vida. La legislación lo va a permitir. Otra posibilidad es la quema de los zapatos. Llevarlos a las cementeras como fuente calorífica. Y también podemos aplicar la pilorización, pero para esto antes se requiere la separación del corte del piso, porque para pirolizar no podemos meter piel. El resultado de este proceso es un aceite útil para la industria petroquímica, y, por tanto, da lugar a un producto comercializable.

Revista del Calzado: ¿La incineración se considera revalorización?
Rafael Reolid: Sí, se considera revalorización energética. La incineración de calzado va a ser inevitable, sobre todo en los primeros años de aplicación de la ley. Si yo estuviera ahora mismo redactando la ley y supiera cómo está actualmente la tecnología de revalorización, ¿qué le pediría a los Scrap de calzado? Pues les dejaría que en los primeros cinco años pudieran quemar el 50 % de los residuos, que pudieran darle una segunda vida al otro 30 % y les obligaría a que el 20 % restante lo tuvieran que reciclar. Esto tiene más sentido que exigir desde el primer momento que se revalorice el 100 % de calzado que se pone en el mercado. Quemar es barato y la segunda vida no requiere prácticamente inversión, por consiguiente durante los primeros años los Scrap podrían destinar los recursos de los adheridos a investigar el reciclaje y ayudar a que surjan iniciativas a las que poder subcontratar para reciclar realmente calzado. Pero para eso la ley debe ser consecuente. Así es como pienso que debería redactarse la ley para que sea lo más realista posible.

«Nuestras estimaciones iniciales son tres pares por persona al año, multiplicados por 45 millones de habitantes en España. Si cada par de media son 600 gramos, nos da una cifra final de unas 80 000 u 85 000 toneladas de residuos. ¡Ojalá pudiera Gerescal recoger 85 000 toneladas de zapatos al año! Eso sería un éxito total».

Revista del Calzado: ¿Qué volumen de pares prevé Gerescal que se puede llegar a revalorizar?
Rafael Reolid: Hace no mucho contactó con nosotros desde el País Vasco un proyecto para triturar calzado, comprimirlo y generar tableros de DM. Es un proyecto muy interesante que cuenta con una ayuda del Gobierno vasco, aunque aún les falta conseguir algo más de financiación para ponerse en marcha. Esta empresa lo primero que nos preguntó fue ¿cuántos zapatos usados nos podéis dar? No podemos contestar todavía a esa pregunta. Nuestras estimaciones iniciales son tres pares por persona al año, multiplicados por 45 millones de habitantes en España. Si cada par de media son 600 gramos, nos da una cifra final de unas 80 000 u 85 000 toneladas de residuos. ¡Ojalá pudiera Gerescal recoger 85000 toneladas de zapatos al año! Eso sería un éxito total.

Para que nos hagamos una idea, por ejemplo, Proyecto Lázaro, que es un empresa social que recoge zapatos en Alicante y en unos pocos municipios más, puede llegar a acumular unas quince toneladas al año. Para alcanzar el objetivo de las 80 000 toneladas, está claro que tenemos que aliarnos con muchas empresas de este tipo. Hay que concienciarse de que el zapato usado tiene valor. Nuestro Scrap se va a encargar de gestionar esos residuos correctamente. ¿Cuánto va a poder pagar Gerescal por el kilo? Todavía no lo sé. ¿Tres céntimos, diez céntimos, un euro, cinco euros, quince…? No lo sé todavía, pero lo que es seguro es que Gerescal va a pagar por esos residuos para que las ONG puedan continuar desarrollando su proyecto social, de reinserción, de formación o de lo que sea. En Humana nos dijeron que generaban un palé de zapatos usados cada día y que pagaban a un gestor para que se lo llevara. Pues que no pague al gestor de residuos, ya nos lo llevamos nosotros y no solo no le vamos a cobrar nada, sino que le vamos a pagar por él.

La recogida de zapatos es clave para que la revalorización de calzado posconsumo tenga éxito, ya que para poner en marcha los proyectos se necesita mucho volumen de residuos. Las empresas que revalorizan calzado, separándolo, pirolizándolo o triturándolo, para hacer tableros de DM, sustratos para céspedes o para lo que esté por llegar, necesitan volumen porque, si no, no es rentable, no pueden arrancar.

Revista del Calzado: ¿Qué otros ejemplos interesantes de revalorización de calzado conocen?
Rafael Reolid: Existe una fábrica portuguesa de plantillas que tiene una tecnología con la que tritura un poco el zapato, separa las partes metálicas y luego hace una serie de tratamientos con los que genera un polvo que sirve en un 30 % para hacer suelas. Esta es una subcontrata ideal para Gerescal a la hora de revalorizar. Ya hemos hablado con ellos e incluso les hemos ofrecido entrar en el Scrap. De momento, ellos quieren vender suelas exclusivamente. Están centrados en el negocio de vender suelas y nada más. Yo intento decirles que de aquí a cinco años esa tecnología, si hace lo que me han dicho que hace, se la van a quitar de las manos y no van a dar abasto de los zapatos que les van a llegar para revalorizar.

Revista del Calzado: Por ejemplo, Inescop dispone de una planta piloto de gestión de residuos de calzado donde se separan componentes, se trituran y demás. El problema debe de ser escalar una planta de este tipo para que sea capaz de mover estos volúmenes. De hecho, tiene que ser tan costoso que debe de ser un proyecto inasumible.
Rafael Reolid: Tiene que hacerse de forma industrial y de manera muy muy grande. En los Países Bajos, ya ha surgido una iniciativa, con la misma tecnología que tiene Inescop, con una trituración inicial, separación por densidades y luego una micronización para generar carga. Lo ideal no es generar carga, sino valor añadido, algo que te sirva para hacer granza de goma o granza de PR o PU o de EVA, o piel regenerada para que pueda ser utilizada como nuevo material. Esos residuos se deben adaptar a las nuevas tecnologías. Pero, mientras no haya un Scrap que funcione a pleno rendimiento, no van a aparecer en el mercado, porque esas empresas sí que se fundan para ganar dinero. En cambio, el Scrap pondrá una ecotasa a sus adheridos, recogerá fondos y se los gastará en subcontratar transportistas, clasificadores, etcétera. Por tanto, alrededor del Scrap estoy seguro de que surgirán iniciativas de inteligencia artificial, visión artificial, separación automatizada, etcétera. Todo eso vendrá con los años. A día de hoy, no existe, o yo no la he encontrado, una tecnología eficiente y rentable. Hoy es inviable.

«Ellos saben mucho de hacer leyes, pero de calzado sabemos nosotros y también de recoger zapatos usados, al menos, seguro que más que los redactores de la ley. Queremos que nos pregunten y poder intervenir en la conformación de esa ley».

Revista del Calzado: Teniendo en cuenta que la ley se pone en marcha en 2025, ¿va a dar tiempo realmente a tener todo este sistema preparado?
Rafael Reolid: A finales de este año, esperemos que a Gerescal lo declaren Scrap voluntario, lo que significará que tendremos licencia para operar en 2024 y podremos empezar a hacer pruebas. Pero no solo eso. En el decreto ley que se está gestando, nos llamarán como expertos y nos consultarán. Ellos saben mucho de hacer leyes, pero de calzado sabemos nosotros y también de recoger zapatos usados, al menos, seguro que más que los redactores de la ley. Queremos que nos pregunten y poder intervenir en la conformación de esa ley. Pero, claro, en el primer año, si yo coloco en el mercado cinco millones de pares, no me pueden obligar a revalorizar esos cinco millones, porque eso es irreal. Primero, porque esos cinco millones que yo ponga en el mercado ese año no van a estar en el contenedor hasta dentro de tres o cinco años. Por tanto, tendrán que darnos una carencia de tiempo para que yo pueda organizarme.

Lo primero que va a hacer Gerescal es recoger, recoger y recoger; acumular. Luego, pesaremos cuántas toneladas tenemos recogidas en el almacén. ¿Cincuenta o mil toneladas o treinta mil? Cuando tienes una buena cantidad de residuos, ya puedes llamar a todas las empresas de revalorización para que se pongan a trabajar y hagan pruebas. Nuestra esperanza es que, al final, las empresas de revalorización terminen pagándonos por los residuos. En principio, nuestra idea es no cobrar nada; ya sería un éxito que no nos cueste dinero. Poco a poco lo iremos viendo. El objetivo es que esos residuos tengan valor.

«De aquí a 2024 no da tiempo. Por eso la legislación, si está bien hecha, nos dará un margen de tres, cuatro o cinco años. Necesitamos dinero para funcionar y tendremos que ir consiguiéndolo de los adheridos».

Revista del Calzado: ¿Cuál es la mayor dificultad que afronta Gerescal actualmente para la revalorización de residuos?
Rafael Reolid: En cuanto a la fase de revalorización, la clave está en conseguir separar correctamente el zapato, que hoy en día es muy caro. Los tejidos tienen muy fácil la reciclabilidad, pero hay que separarlos. No nos olvidemos de que un zapato es un producto ensamblado para que dure, y cuanta mayor calidad tenga el zapato, más complicado será desensamblarlo. La clave va a estar en que surja una tecnología de separación como la que tiene Inescop o la neerlandesa, pero que lo haga bien y barato.

De aquí a 2024 no da tiempo. Por eso la legislación, si está bien hecha, nos dará un margen de tres, cuatro o cinco años. Necesitamos dinero para funcionar y tendremos que ir consiguiéndolo de los adheridos. Si la ley sale un jueves, no todos van a pagar el viernes. Habrá que hacer campañas de concienciación. De momento, Gerescal está subvencionado con capital privado que aportan los socios fundadores. Luego, tendrá que llegar el dinero de los adheridos. Con ese dinero, lo primero que se vamos a hacer son campañas de concienciación, publicidad y, luego, recoger, clasificar y, finalmente, revalorizar.

«Los empresarios han de saber que la nueva ley les va a tocar el bolsillo, de igual manera que los consumidores deben ir haciéndose a la idea de que todo esto lo van a terminar pagando ellos. Pero es necesario que todos sean conscientes de por qué van a pagar más, que sepan el proyecto que hay detrás».

Revista del Calzado: Al final parece difícil que la obligación de tratar los residuos de los zapatos no repercuta sobre el precio final de cada par. ¿Cuánto cree que se encarecerá?
Rafael Reolid: Fijémonos en la experiencia del Scrap francés. La ecocontribución allí es de entre nueve y quince céntimos (nueve céntimos para un zapato de niño y quince para una bota alta). Además, en las ecocontribuciones se tendrá en cuenta, y la ley lo va a contemplar, lo que se conoce como ecomodulaciones, es decir, que, si tú haces un zapato cuya descomposición es sencilla, pagarás menos que el fabricante de un zapato costoso a la hora de revalorizar. Ejemplos de zapatos fáciles de revalorizar son las cangrejeras tipo Crocs o las zapatillas biproducto que pueden estar haciendo Nike o Adidas con algunos modelos que son simplemente una suela de poliuretano expandido y la parte superior de tejido como si fuera un calcetín. Estos son muy fáciles de revalorizar. Si tú pones este tipo de calzado en el mercado, pagarás menos, porque, aunque la recogida cueste lo mismo, la revolarización es mucho más barata.

Los empresarios han de saber que la nueva ley les va a tocar el bolsillo, de igual manera que los consumidores deben ir haciéndose a la idea de que todo esto lo van a terminar pagando ellos. Pero es necesario que todos sean conscientes de por qué van a pagar más, que sepan el proyecto que hay detrás. El día de mañana, cuanto más eficientes sean las tecnologías, lo que ahora son quince céntimos, tal vez sean cuatro, cinco o seis. Ecoembes cobra ocho céntimos por kilo de cartón, que a mí me parece una barbaridad. ¿Cuánto tendría que cobrar Gerescal por reciclar un zapato? ¿Un euro? Vamos a intentar que no sea así. Un incremento de costes de veinte o treinta céntimos es brutal; hace mucho daño a la facturación de una marca; es una cantidad muy importante. A mí, hoy, no me parece una barbaridad un euro. ¿Por qué está Francia cobrando actualmente dieciocho céntimos por par? ¿Cómo revalorizan los residuos con ese coste tan ajustado? Sinceramente, creo que no están haciendo una revalorización real. Supongo que lo que hacen es recoger todo el residuo que pueden y le dan una segunda vida a través de la exportación de pares; pero una revalorización real, a la que aspira Gerescal, no es. Nosotros nos chocaremos contra un muro muchos años, pero al final lo conseguiremos.

«Hay que trabajar en un diseño distinto, en ponérselo más fácil a la planta de reciclaje con unos modelos sencillos de descomponer, de materiales sostenibles y no tan complejos, pero con la misma calidad. Eso es el ecodiseño».

Revista del Calzado: Esto significa que el futuro pasa por el ecodiseño por parte del fabricante.
Rafael Reolid: Sin duda, las marcas deben empezar a alinearse con el ecodiseño, y para ello deben empezar a concienciar a sus clientes. Ahora los clientes piden zapatos de moda complejos, con quince componentes distintos, con diferentes materiales, bien ensamblados, que duren. Y todo el esfuerzo que se aplica en fabricar un buen zapato, duradero, bien ensamblado y bien pegado, luego hay que revertirlo. Hay que trabajar en un diseño distinto, en ponérselo más fácil a la planta de reciclaje con unos modelos sencillos de descomponer, de materiales sostenibles y no tan complejos, pero con la misma calidad. Eso es el ecodiseño.

Revista del Calzado: La ley es de aplicación comunitaria. ¿Cómo se están adaptando el resto de países de nuestro entorno a esta normativa?
Rafael Reolid: Hoy en día, en la Unión Europea solo conozco el Scrap de Francia para calzado. Pero dentro de unos años, la legislación europea va a obligar a cada Estado miembro a gestionar sus residuos. Por lo tanto, cada Estado va a tener que montar su propio Scrap. Ya pasó con el cartón hace muchos años. Pasará igual con el calzado. En poco tiempo, terminarán surgiendo Scrap de calzado en Alemania, Países Bajos, Italia, etcétera. Al final, la Unión Europea legisla, envía sus directrices a los Estados y todos las implantan en sus legislaciones nacionales. Es igual para todos, las fechas son las mismas y los requerimientos, similares.

Da la sensación de que, por el momento, salvo en Francia y ahora en España, la cosa está un poco verde en otros países. Tal vez nosotros hayamos corrido un poco, y me alegro por ello; pero, al final, todos los Estados miembro van a tener que pagar porque la Unión Europea quiere que se recojan todos los zapatos y se revaloricen, y que toda esa materia prima reciclada y útil se quede en la Unión Europea. A veces se oye que se mandan zapatos usados a Asia, Oriente Medio o África, pero eso ya no es legal, aunque se siga haciendo de forma extraoficial. Por ello, yo le pido a la Administración que empiece a imponer unos controles severos a estas prácticas, porque, si hay un Scrap de calzado, no se puede sacar los zapatos fuera. Al Scrap le están pagando para que recoja calzado usado. Si otras marcas están sacando ese residuo fuera, incurren en competencia desleal.

Por eso, nosotros pedimos que la ley venga acompañada de organismos que vigilen, fiscalicen y sancionen a quien incumpla la ley. El Scrap va a estar superauditado por la Administración. Eso que a ningún adherido le quepa duda; no se pueden hacer trampas. Yo quiero que a Gerescal la Administración la audite, controle, exija información y vigile la cadena de gestión del residuo por blockchain para dar más seguridad y más fiabilidad a la trazabilidad. Pero también quiero que nos deje recoger residuos, que evite que se saquen fuera de España. Las ONG deben seguir cogiendo zapatos, pero no los pueden vender en el exterior. Que se los den a Gerescal, que se los va a pagar para que prosigan con su labor social.

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Categoría: Actualidad, Entrevistas

Comentarios (1)

  1. Cordial saludo.
    Sr.Rafael Reolid

    Nuestras soluciones son aplicables para recuperar y transformar los residuos del calzado, todos juntos o por separado.
    https://youtu.be/GFc5Ab8yVHI?si=XzAE65jNDAkpDOB_
    Somos Reconversión Circular, una Spin-off Colombiana de I+D basada en la Economía Circular.
    Con tecnologías de bajo costo hemos desarrollado el Quita olor RC-300 y Los aglomerantes RC-10 y RC-22, que sirven para transformar en productos residuos de:
    Microplasticos de las aguas residuales, Cueros, Neumáticos, Textiles, Café, PVC, Vegetales y Petróleo entre otros.
    Los residuos pueden estar limpios, sucios, en mal estado, mezclados entre sí, con adhesivo e incluso con recubrimiento de silicona y los convertimos todos juntos o cada uno por separado en placas rígidas, semirrígidas, inertes y flexibles a partir de 1 mm de espesor que igualmente pueden quedar impermeabilizadas o enrollables.
    Ya tenemos los prototipos desarrollados.https://youtu.be/fyRnNBO4Xb4
    Estamos enfocados en hacer que todos los residuos del café sean circulares.
    A partir de la borra del café hemos empezado a vender portavasos flexibles que se pueden recuperar y transformar de nuevo dándoles un nuevo ciclo de vida.
    A partir de residuos de café hemos desarrollado prototipos de Cuero Vegano, Cisco Arquitectónico y el ACP (Alternative Crops Product).https://youtu.be/m15KfspYLeEVer Pitch con propuesta adjunta.docs.google.com/presentation/d/1iP_hrnGvUTyuYfCJFp4qo7GM64FdsMbc

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