La UE aprueba nuevas normas sobre ecodiseño en el calzado y el textil
El Consejo Europeo adoptó el pasado 27 de mayo el Reglamento sobre Diseño Ecológico, que establece requisitos para los productos sostenibles. El reglamento sustituye a la actual Directiva sobre Diseño Ecológico y amplía su ámbito de aplicación, más allá de los productos energéticos, a todo tipo de bienes comercializados en el mercado de la UE.
El reglamento afecta a todo tipo de productos, incluidos el calzado y los artículos textiles. La nueva normativa introduce requisitos como la durabilidad, la reutilizabilidad, la actualizabilidad y la reparabilidad de los productos, y normas sobre la presencia de sustancias que impiden la circularidad; la eficiencia en el uso de la energía y de los recursos, el contenido reciclado, la refabricación y el reciclado; la huella de carbono y la huella ambiental, y requisitos de información, en particular un pasaporte digital del producto. La Comisión estará facultada para establecer requisitos de diseño ecológico mediante actos delegados y la industria dispondrá de dieciocho meses para cumplirlos.
El nuevo reglamento introduce una prohibición directa de la destrucción de productos textiles y calzado no vendidos (se excluirá temporalmente a las pymes) y faculta a la comisión para introducir en el futuro prohibiciones similares relacionadas con otros productos. El Reglamento sobre Diseño Ecológico se adaptará al Reglamento de Servicios Digitales en lo que respecta a los productos vendidos en línea.
Quejas del calzado
Hace un año la industria europea del calzado protestaba sobre la posible inclusión del calzado dentro del grupo de productos con prioridad para el ecodiseño, como finalmente ha sucedido. En aquel entonces, la Confederación Europea del Calzado (CEC) alertaba de que la obligatoriedad de reciclar el calzado podría suponer a la industria europea «nuevos impedimentos para el desempeño de su actividad». «El calzado es un producto complejo […] que requiere modelos específicos de reciclaje y circularidad», explicaban desde el lobby del calzado en la Unión Europea. Por todo ello, y debido a esta complejidad, la CEC pedía, hace un año, más tiempo para desarrollar nuevas investigaciones, así como una financiación adecuada.
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