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Reacciones a la huelga del calzado

| 2 diciembre, 2022 | Comentario

Un día después de la celebración de la primera huelga en el sector del calzado en los últimos 45 años, las reacciones a esta demostración de fuerza de los sindicatos vuelven a enfrentarse. Por una parte, las centrales sindicales UGT-FICA y CC. OO. de Industria califican la jornada del 1 de diciembre como «un éxito rotundo» y estiman que el respaldo a los paros fue de en torno del 75 % por parte de los trabajadores del sector. Sí destacan que la participación fue desigual en función de las distintas zonas productoras de calzado en España. Así, mientras que, según señalan los sindicatos, el respaldo a la huelga fue unánime en localidades como Arnedo (La Rioja) y Almansa (Albacete), en otras como Elche o Elda (Alicante) el seguimiento fue sensiblemente menor, algo que CC. OO. de Industria achaca a «la precariedad, la potente economía sumergida y la presión del empresariado», que «impidieron que el seguimiento fuera masivo». Por otro lado, en Fuensalida (Toledo) secundaron los paros cerca del 65 %, con mayor incidencia en las empresas pequeñas que en los grandes grupos, aseguran los representantes de los trabajadores.

Por su parte, las patronales del sector minimizan el impacto de la huelga y consideran que no alcanzó a más de un 13 % de sus empleados. Como los sindicatos, la Federación de Industrias del Calzado Español (FICE) y la Asociación Española de Empresas de Componentes para el Calzado (AEC) estiman que la incidencia de los paros fue mucho mayor en zonas como Almansa y Arnedo, mientras que en el resto de España fue minoritaria. FICE habla de «baja incidencia» y que «el seguimiento no fue mayoritario ni homogéneo».

Vuelta a la mesa de negociación
«Esta huelga puede generar otro escenario que lleve a las dos partes a recapacitar. Nosotros seguimos dispuestos a negociar. Sin olvidar que nuestro objetivo último es alcanzar un consenso que haga compatible mantener el poder adquisitivo de los trabajadores con el poder competitivo de las empresas», señala José María Escrigas, portavoz de la representación empresarial en la negociación. En los mismos términos, en AEC aseguran que siguen «interesados en alcanzar un acuerdo que garantice la estabilidad en el sector tanto a nivel económico como laboral, y consideramos que los sindicatos deben reflexionar acerca de su nivel de exigencias inasumibles por las empresas».

La firma del convenio colectivo que debe regular las relaciones laborales de los trabajadores del sector del calzado lleva meses estancada. Tras nueve reuniones infructuosas de la mesa de negociación y la intervención del Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA), los representantes de los trabajadores y de los empresarios no han sido capaces de alcanzar un acuerdo para la firma del próximo convenio colectivo. La última propuesta de los sindicatos contempla una rebaja de doce horas en la jornada laboral anual; la incorporación al texto al nuevo convenio la última reforma laboral, y un incremento salarial del 4% para todo el año 2022, del 4 % para 2023 del 2,5 % para el año 2024, y el 2 % para 2025, con cláusula de revisión del 80 % del IPC real. Asimismo, reclama para los años 2022 y 2023, realizar el pago de la cláusula de revisión a la actualización del IPC y, para los años 2024 y 2025, pagar juntas las cláusulas a la actualización a finales de 2025.

Asimismo, según afirman las patronales, su última oferta puesta sobre la mesa «mejoraba sustancialmente» su anterior propuesta: dos puntos por encima. Es decir, subidas salariales efectivas del 8 % para la nómina de enero de 2023, respecto a las vigentes. Esta cifra es el resultado de la suma del 4 % correspondiente al segundo semestre de 2022 y el 4 % de las tablas salariales de 2023. «Esta propuesta puede calificarse de generosa si tenemos en cuenta que la inflación está bajando, según confirman los datos del mes de noviembre», remarcan en FICE.

En respuesta, CC. OO. de Industria reclama al empresariado del calzado que «deje de hacer propuestas en la mesa de negociación del convenio que supongan una pérdida del poder adquisitivo». El sindicato se niega a que «se mantenga una de las jornadas anuales de trabajo más altas de la industria». También exige que se complemente el accidente laboral más allá de los cuatro primeros meses, que se incremente el kilometraje y que se pague la flexibilidad.

«Esperamos que la jornada de huelga sea un punto de inflexión en el camino correcto y que las patronales entiendan que es necesario avanzar en la mejora de las condiciones laborales y redistribuir los beneficios entre quienes siempre han estado en primera fila a la hora de realizar esfuerzos que contribuyeran al mantenimiento del empleo y a la supervivencia de las empresas. Es hora de que las personas trabajadoras recojan también parte de los frutos de los sacrificios pasados», recalca UGT-FICA.

Tras la celebración de la huelga, la mesa negociadora se someterá nuevamente a la mediación y al arbitraje para determinar si puede o no haber un acuerdo.

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Categoría: Actualidad

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