El zapato que crece
Alrededor de 300 millones de niños sufren enfermedades transmitidas por parásitos que se encuentran en el suelo debido a la falta de ropa o calzado. Andar descalzo o con un calzado inadecuado en regiones de extrema pobreza es causa directa de millones de muertes al año, y, en este sentido, los niños son el grupo más vulnerable, ya que durante el desarrollo, su pie aumenta de talla progresivamente y el calzado queda obsoleto e inutilizable rápidamente. Para dar solución a este grave problema, el estadounidense Kenton Lee ha creado la línea de calzado solidario The Shoe That Grows (el calzado que crece). Se trata de una sandalia, confeccionada de manera sencilla con cuero, caucho comprimido y unos broches metálicos, cuya particularidad reside en que se adapta fácilmente al crecimiento del pie del niño pudiendo crecer hasta cinco tallas, alargando de esta manera la vida útil del zapato durante varios años. «Sus materiales son simples y sin partes mecánicas de engranajes que se rompan», explica su responsable. «Con la ayuda de los broches y correas ajustables, este calzado puede crecer tanto por delante como por el talón y los laterales para adaptarse a cinco tallas diferentes. Y gracias a los materiales de calidad tiene una duración de cinco años, a pesar del uso intensivo».
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